Es increíble como un niño de 8 años puede escribir así, tan puro, tan sencillo y tan verdad; eso que perdemos todos cuando somos "mayores" y que tanto se echa en falta, la inocencia y pureza reivindicada tantas veces por los niños a los que ya no lo somos tanto. Demasiado complicado y sin embargo tan simple. He aquí las lineas de mi hijo Alejandro, un día que no quería hacer deberes.
Luz de miel.
Luz que canta.
Brilla y brilla cuando amanece.
El cielo precioso y las nubes, en el cielo, resplandeciente
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